¿A dónde queda su celular mientras maneja? ¿Habla mientras conduce? Responder con sinceridad cualquiera de esas preguntas nos enfrenta a un problema actual; a un problema con serias consecuencias.
Así, parece más una cuestión de conciencia. Encima, los nuevos modelos de autos, que vienen con Bluetooth, crean la ilusión de que el conductor se distrae menos porque no tiene que sostener el teléfono con la mano, ni hacer fuerza con el cuello para mantener el teléfono pegado a la oreja. Los estudios realizados sobre este tema sostienen que es la distracción que produce la conversación telefónica, y no el aparato en sí mismo, lo que representa riesgo.
El dato, aunque extranjero, vale para todos: según el relevamiento, quienes usan celular mientras manejan son más distraídos, más peligrosos y más propensos a causar un accidente que quienes toman alcohol
Con un agravante más: en general, quienes toman alcohol están en las calles -de acuerdo al estudio- entre las 23 y las 3 de la madrugada; en cambio, quienes conducen atentos al celular, lo hacen desde las 6 de la mañana hasta las 21 o 22, horas en las que hay más tránsito y más gente en las calles.
“Los adictos al celular son más peligrosos que los conductores borrachos”. La frase no es un slogan. Es el resultado de un estudio de la firma norteamericana Zendrive, que evaluó a casi dos millones de personas que recorrieron 7.000 kilómetros para realizar informes para aseguradoras de automóviles.
¿Conclusiones? El 50% muestra alguna distracción al circular por la vía pública. De esa totalidad, el 40% está usando el celular mientras cruza la calle. Los estudios demuestran que mirar el teléfono durante 10 segundos equivale a caminar 14 metros sin mirar el entorno.